‘He puesto barreras de humo para guardar mi libertad, por lo que es difícil saber cuál es el verdadero Arrabal'
Pascual Vera
Ni dramaturgo, ni poeta. Fernando Arrabal miembro preclaro
del grupo Pánico, uno de los mejores cultivadores del teatro del absurdo y
autor de una prolífica y valiosa obra literaria que hacen de él uno de los más
reputados escritores vivos, quisiera pasar a la historia como matemático o
ajedrecista, sus dos grandes pasiones.
Arrabal acudió a su cita con la prensa ataviado con una
camiseta estampada con una muy peculiar ‘Lección de anatomía', en la que él era
el sujeto único del popular cuadro de Rembrandt –el cirujano, el resto de los
doctores y hasta el mismísimo muerto-: ‘un homenaje a una gran pintora y al
arte' según dijo, aunque muchos pensaban que el auténtico homenajeado era el
autor de ‘La hija de King-Kong'.
Arrabal expresó su satisfacción por ésta su enésima visita a
Murcia –‘una ciudad muy culta y con un profesorado de muy alta calidad'.
El escritor había venido invitado para hablar de Homero, en
el ciclo ‘Lecturas de medio siglo', una iniciativa de ‘Encuentros con la
cultura', organizado por la CAM, la Cátedra de Literatura Hispanoamericana de
la Universidad de Murcia y la Consejería de Educación y Cultura, pero aprovechó
para hablar del matemático Grigori Perelman –‘el auténtico representante de
Homero que existe actualmente'-, de directores de cine, de excelsos aunque poco
conocidos novelistas, de filósofos, de ministras, de matemáticas, de ajedrez,
de su propia biografía, de duquesas, de sus amigos, de sus menos amigos, de lo
divino y humano, en suma, en una conversación, la suya, que fluye entre
borbotones de ideas y que va engarzando con la habilidad de quien ha vivido y
escrito
mucho: ‘Soy el escritor que más libros ha publicado: he
publicado unos 800, pero no se conocen'. En realidad –aclaró- se trata de
libros de bibliofilia, con tiradas que no superan los cien ejemplares –‘pero
nunca menos de tres', aclara- con los que obsequia a sus amigos. ‘No puedo
parar de escribir: cada semana escribo un libro', en una reciclada idea de
aquel lema televisivo de los 70 que aconsejaba que ‘la costumbre mas sana era
un libro cada semana'.
Arrabal, emperador
El escritor manifestó su intención de participar con un
papel en la película que actualmente rueda en Benidorm Houellebecq –‘un
escritor francés muy poco conocido en España pero creo que, junto con Kundera
es el mayor novelista de la actualidad'-. ‘Haré el papel de emperador. También
intervendrá la ministra Carmen Calvo, aunque espero que no venga con el mismo
traje con el que me recibió en los premios Max de Teatro: con un traje con la
bandera de la República'.
De todas formas las ministras de cultura -‘En España se
tiende a que las ministros de cultura sean mujeres', afirmaba intentando
transmitir sorpresa- no parecen plato de devoción de Arrabal, que citó la
anécdota que vivió con una antecesora de la actual que no sabía quien era
Houellebecq: ‘¿qué necesidad tiene un ministro de cultura de saber quien es el
mejor novelista del milenio?', se preguntó.
‘Se trata de la adaptación de ‘La posibilidad de una isla',
que creo que es la mejor novela del milenio, pero esto, -dijo Arrabal- no tiene
demasiado mérito: ‘Porque sólo llevamos siete años de milenio, y aun no hemos
escrito Kundera ni yo'.
¿Internet versus libros? Se refirió también a las nuevas tecnologías. Para Arrabal internet sigue sin constituir un peligro para el libro ‘No creo que haya una carrera de relevos en la literatura. Creo que el prestigio del libro y del autor es tan grande que por ahora no le hace ninguna sombra internet. Internet podrá hacerle sombra al libro cuando pueda hacer libros con la calidad técnica de un libro de edición. En ese momento sí podría terminar el libro'.
‘Yo escribí una carta al mayor novelista –por la cantidad de
ventas-, John Updike –que significa ‘Viva las tortilleras', según apuntó- que
se reunió en Washington en un congreso sobre el libro y protestó enfadadadísimo
contra el blog . Yo le respondí que es al revés: el libro tiene prestigio, está
santificado. El blogista en realidad es un martir cotidiano, un martir pánico.
Ahora no tenemos historiadores, tenemos generadores de historias y estos son
los blogistas. En el mundo de los blogs, el sacrificio, la martirología es tan
grande que la mayoría abandonan'.
‘Hemos llegado a un mundo de degradación moral en el que lo
que se llama éxito va destinado únicamente a dos categorías: a los famosos y a
los ricos'. Pero Arrabal niega que él lo tenga: ‘No he tenido nunca éxito. Yo
coincidí con una de las personas más famosas de este país, y con su voz
irrepetible –y atipla la voz hasta emparentarla la de cierta duquesa pródiga en
apariciones en papel couché– me dijo: soy una gran admiradora suya, me encanta
todo lo que hace, me encantan todos sus discos'.
¿Un Arrabal o muchos
arrabales? Realmente, es posible que no exista un sólo Arrabal, y que sean muchos los arrabales que se encierran en él: ‘En España se me invita como una persona estrafalaria. Pero en el extranjero se me invita por algo mucho más curioso: he pertenecido a varios trenes que atraviesan fronteras: el teatro del absurdo, el surrealismo y la Patafísica. Las grandes locomotoras de esos trenes han muerto, y a mí se me invita porque murieron mis colegas: no pueden invitar a Becket, a André Breton, a Alfred Jarry, e invitan a Arrabal, que es el único que queda con vida.'
Pero Arrabal no se considera incluido en esos grupos: ‘Yo
pasé de refilón por el grupo surrealista. Estuve en él tres años sin
apercibirme de que en realidad era un partido comunista de tendencia troskista.
En el grupo estuvimos mi mujer y yo entre vacas sagradas con el rabo entre las
piernas'.
Cuando los profesores aconsejaron que aquel chico de mente
superdotada desarrollaría todo su potencial estudiando Ciencias Exactas, el
niño se rebeló ante los que consideraba que eran los asesinos de su padre. Fue una
venganza, dice: ‘Yo he puesto una variada serie de barreras de humo para poder
guardar mi libertad, por lo que es difícil saber cual es el verdadero Arrabal'.
En todo caso, aseguró que en la televisión francesa lo definieron muy bien con
motivo de una entrevista que le hicieron recientemente: en la sala de
maquillaje oyó al director del programa decir a sus colaboradores: ‘Cuidado con
Arrabal, porque es incontrolable. Además de ser feo, ateo y sentimental soy
incontrolable, aunque me he dado cuenta que soy menos feo que era antes. Sin
embargo, conseguí tener la mejor novia del mundo, con la que fuimos castos más
de treinta años. Gracias a ello somos una pareja modélica'.
‘Yo no hago otra cosa que literatura. Siempre estoy
escribiendo. Hago jaculatorias, definiciones y arrabalescos, que se han
publicado en un diccionario que llamo ‘Diccionario de Arrabal'. Mi esperanza es
siempre llegar al último avatar patafísico de Jarry, a lo que escribí estando
con el grupo Pánico'.
La política y los folletines
No podía faltar, en plena campaña electoral, las alusiones a
la política, aunque la política por la que se siente interesado Arrabal se
sitúa en espacios más generales: ‘Me interesa la política del mundo entero,
pero la política es como un folletín, una novela por entregas. Cuando escribí
mi carta a Franco se vendieron un millón de ejemplares, porque yo no entendía
de política ni estuve en ningún partido político'.
‘Hoy en día –aseguró- la política no tiene interés, porque
el poder no tiene poder en ningún país, el poder reside en la bolsa. Ni
siquiera existe una censura de estado, ahora existe una censura mucho peor, que
es la censura individual, auxiliada por una falsa moral y por los medios de
expresión, especialmente internet'.
‘Escribir la mejor novela del milenio no tiene demasiado
mérito: aun no hemos escrito Kundera ni yo'
‘El prestigio del libro y del autor es tan grande que por
ahora no le hace ninguna sombra internet'
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