10 dic 2010

El cine mudo alemán

En 1916, Alemania estaba en guerra y de sus salas cinematográficas se eliminaba toda película, francesa, inglesa, o americana, por lo que apenas se abastecían de otro cine que el danés. El gobierno alemán resolvió este problema cinematográfico creando la UFA, una gran empresa de producción cinematográfica, ideada por el general Ludendorff, y apoyada por el Deutsche Bank y por las empresas Krupp y L G. Farben.

La UFA construyó Estudios y produjo películas, documentales y noticiarios que abastecieron las salas alemanas. El noticiario de UFA, alternando con el de la FOX, era el que se exhibía en los cines españoles después de la Guerra Civil y hasta la creación de NO-DO.
Los rectores de la UFA recibieron la consigna de realizar películas de propaganda y otras de carácter colosal con K, suena más alemán: kolosal e histórico; y el creador de ese género seudo-histórico fue ERNST LUBITSCH, llamado, con los años, a ser el padre de la gran comedia cinematográfica americana, de Bilder, Capra, Wyler y compañía.
Ernst Lubitsch, hijo de un modesto comerciante en paños, había abandonado el negocio familiar para dedicarse al teatro, en el que tuvo la fortuna de ser discípulo de uno de los más grandes, si no el mayor, director de teatro de todos los tiempos: Max Reinhardt. Sobre esa base, en 1913 comenzó a trabajar como actor cómico en el cine, y en 1915, como director de varias comedias interpretadas por la actriz Ossi Oswalda. En 1918, dirigió a Pola Negri en Los ojos de la momia y en Carmen. Un año después inició su ciclo seudo-histórico con una película antifrancesa, Madatne Du Barry), en la que se ofrece una negra visión de la Revolución de 1789, para proseguirlo con una sátira antiamericana La princesa de las ostras (1919), una película antibritánica, Ana Bolena, (1920), otra de corte oriental, Una noche en
Arabia )1920) y otra falsamente egipcia, La mujer del faraón (1921). Pese a haberse convertido en el más importante director de la cinematografía germana, en 1923 emigró a Hollywood, donde hizo películas tan inolvidables como su antisoviética Ninotchka (1939) o la antinazi Ser o no ser (1942) Murió en 1947.
Pero no fueron las superproducciones de Lubitsch y sus imitadores las que dieron fama imperecedera al cine alemán de la época, sino el nacimiento y desarrollo de una modalidad artística, el expresionismo, que asombró al mundo en su momento, influyó notablemente en la cinematografía posterior, y sigue siendo un estilo de obligado estudio para todos los amantes del arte y, en nuestro caso concreto, del cine.

EL EXPRESIONISMO CINEMATOGRÁFICO
El expresionismo, que tuvo su origen en los últimos años del siglo XIX, y su auge en los primeros del XX, fue una corriente artística que intentaba expresar los sentimientos y las emociones del creador ante un hecho u objeto de cualquier naturaleza y no la representación objetiva de la realidad.
De una forma latente, el expresionismo había estado presente en muchas de las creaciones culturales anteriores: la pintura china y japonesa, la de los pintores europeos del Medioevo, la de los manieristas del siglo XVI, y, como precursores inmediatos, el holandés Vincent van Gogh, el francés Paul Gauguin o el noruego Edvard Munich se antiiparon en poco, temporalmente, al grupo de pintores alemanes que, en 1905, fundaron en Dresde el grupo Die Brücke, El puente, que se disolvió en 1913.
Una nueva fase del expresionismo lo constituyó la llamada “Nueva objetividad”, fruto directo de la derrota en la Gran Guerra, la Primera Guerra Mundial, en raro contraste con ese mismo expresionismo, que triunfaba en el mundo entero y durante tanto tiempo que el expresionismo abstracto no surgió en Estados Unidos hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
En el campo de la literatura, tanto teatro como novela, las corrientes expresionistas respondieron a las mismas características que e la pintura: personajes, emociones y ambientes distorsionados para crear un cuadro escénico o novelístico que llevase a paroxismo el impacto emocional sobre el lector o el público; características que están presentes, en mayor o menor medida, en autores como Franz Kafka, August Strindberg, Karel Čapek, O’Neill o Elmer Rice, y entre directores de teatro tan eminentes como Max Reinhardt , Erwin Piscator, o Vsiévolod Meyerhold.
Y otro tanto ocurrió en la música, en la que el expresionismo alcanzó su cumbre en el periodo de entreguerras, expresando las ansiedades, los terrores y el descreimiento en todo de la sociedad de aquellos años. Con precedentes en autores románticos, como Richard Wagner, o posrománticos, como Gustav Mahler, los mejores ejemplos expresionistas se encuentran en las creaciones de Richard Strauss Elektra (1909), y Salomé (1905), Arnold Schönberg Erwartung (1909) y Die glückliche Hand (1913), Alban Berg Lulú (1921), y las de Paul Hindemith, Béla Bartók, o Serguéi Prokófiev.
Al igual que en pintura, escultura, teatro, novela y música, el expresionismo halló en el cine alemán un campo abonado para alcanzar su mejor expresión. En su nacimiento, desarrollo y decadencia, cabe diferenciar tres líneas fundamentales:

El gabinete del Dr. Caligari 1920.


Nosferatu, una sinfonía del horror 1922.

‘El Gabinete del Dr. Caligari’, de Robert Wiene supone la inauguración del expresionismo alemán, movimiento al que pertenecieron también ‘El Golem’ (1920), ‘Nosferatu’ (1922) y por supuesto ‘Metrópolis’ (1927) de Fritz Lang.

• EL EXPRESIONISMO CINEMATOGRÁFICO PROPIAMENTE DICHO
En 1917 se creó la UFA, que, al tiempo que las películas seudohistóricas de Ernst Lubitsch e imitadores, impulsó el expresionismo cinematográfico con películas como El Golem, de Paul Wegener y Henrik Galeen, que cuenta la historia de un autómata que se rebela contra su creador, Homunculus, de Otto Rippert, que anticipa los horrores del nazismo, o El estudiante de Praga, del danés Stellan Rye, todas ellas simples precursoras de la película cumbre del expresionismo cinematográfico: El Gabinete del Doctor Caligari (1919), de Robert Wiene, un director mediocre que ha pasado a la historia del cine porque tuvo la fortuna de dirigir, sin demasiado acierto, un guión excepcional del hombre más importante del expresionismo cinematográfico: el guionista CARL MAYER, quien redactó el de El Gabinete a partir de una idea del poeta Hans Janovitz.

• EL NUEVO OBJETIVISMO
Entre 1921 y 1925, el cine expresionista evolucionó hacía una forma de realismo a la que se llamó Nuevo Objetivismo Neue Sachlichkeit, en alemán y hacia el llamado Cine de Cámara, buscando una estilo de realismo que no rompiese con el expresionismo, ni cayese en los radicalismos vanguardistas de Hans Richter y Walter Ruttman, quienes se adentraban en el abstracto mediante el uso de figuras geométricas en movimiento.
El mejor representante de esta tendencia fue Joe May, con Retorno al hogar, película que narra la historia de un soldado que vuelve de Siberia, donde ha estado prisionero, para hallarse a su mujer en brazos de otro hombre, y Asfalto, que narra un sucio y violento asesinato en los barrios bajos. A su lado, cabe citar Bajo la máscara del placer (1925), de G.W.Pabst director de un maravilloso Don Quijote, en la que se destaca el contraste entre el lujo y la miseria.

• EL CINE DE CÁMARA
En un tiempo casi coincidente con el Nuevo Objetivismo, y persiguiendo los mismos fines, el Cine de Cámara, que también intenta reflejar y magnificar la realidad, se centra en la sicología de los personajes y la atmósfera en que se mueven, en el Stimmung, la atmósfera cargada, característica fundamental del Cine de Cámara, emparentado en esto con la cinematografías danesa y sueca, que tanto éxito habían tenido y seguían teniendo en la Alemania de aquellos años. En este estilo de cine:
• Se rechaza cualquier acción superflua que no tenga que ver con los sentimientos del personaje, y estos surgen violentamente para conducirlo a un final trágico.
• Los temas son siempre aparentemente cotidianos, normales, cercanos a la vida real.
• Los personajes suelen ser monolíticos y estar recluidos en un ambiente opresivo, proclive a los estallidos emocionales violentos.
• Se da mucha importancia a la sicología del personaje, siempre ligada a su condición social.
• El lenguaje cinematográfico empleado es innovador: Primeros planos, composición expresionista, interpretaciones sobreactuadas, etc.
• El estilo de la iluminación es el claroscuro.
• La acción es lineal, lenta y no se utilizan rótulos.
• Se tiende a usar la unidad de tiempo teatral: 24 horas.
La mejor película de Cine de Cámara, la mejor película de todo el cine alemán de la época, expresionista o no, y una de las mejores de todos los tiempos es El Último (1924), dirigida por Friedrich Murnau sobre guión de Carl Mayer.
CARACTERÍSTICAS DEL EXPRESIONISMO ALEMÁN
• El expresionismo cinematográfico se apoyó fundamentalmente en los dos elementos, decoración e iluminación, más cercanos a la pintura. Iluminadores geniales en ese estilo fueron Karl Freund, Carl Hoffman y Eugen Schuftan, y decoradores de no menor mérito, el pintor Reimann y el arquitecto Warn que diseñaron los decorados de El Gabinete del Doctor Caligari, por ejemplo.
• El expresionismo cinematográfico situaba a la cámara en la posición de un espectador teatral, y ello hace que permanezca inmóvil dentro de cada toma.
• Por su misma vocación teatral, los actores actúan de forma tan exagerada que se aproxima a la pantomima.
• Sus guiones suelen estar estructurados de forma que el prólogo y el epílogo se eviten problemas con la censura de la época. El Gabinete es el mejor ejemplo, convirtiendo toda la historia en la fantasía de un loco. En El último, un final feliz construido artificialmente por medio de un deus ex machina, elimina el agrio sabor de su terrible censura social.
• Personajes como Caligari, Nosferatu, o El Golem, crean una tipología que se hará clásica en el cine de terror.

SU INFLUENCIA
• Casi todo el alemán de las épocas posteriores: Fausto, de Murnau, Los Nibelungos, de Lang, o El ángel azul, de Sternberg.
• Las mejores muestras del cine norteamericano de los treinta: Ciudadano Kane, de Welles.
• El cine sueco de la época sonora: El rostro, y otras muchas películas de Bergman.
• Algnas películas rusas, como Ivvan el terrible, de Eisenstein.
• El cine francés de Marcel Carné: El muelle de las brumas.
Dos nombres de directores destacan entre todos en la etapa muda del cine alemán, diajando a un lado, por no ser director sino guionista, el más importante de todos los nombres del cine alemán de la etapa nuda. Y puede que de toda su historia: CARL MAYER
FRIEDRICH W. MURNAU
Friedrich W. Murnau (1888-1931), influido por las escuelas sueca y danesa y por su amistad con el pintor expresionista Franz Marc. Introdujo muchas innovaciones de lenguaje, como la de dotar de una libertad a la cámara inimaginable en la época, su maravilloso plano de transición a la noche y al amanecer en El último. En Nosferatu, el Vampiro (1922) y en Sinfonía del horror mezcló realismo y fantasía, el mal y el bien, el amor y la muerte. Y fue, sobre todo, el director de El Ultimo, la historia de un portero de hotel que interpreta, al gusto de la época, por Emil Jannings, y que marca la transición del expresionismo puro al realismo social. Una historia profunda que Mayer y Murnau aciertan a contar sin un solo rótulo no incorporado a la acción: la carta de despido, la felicitación en el pastel de boda, y la noticia en el periódico son los únicos textos. Otras de sus grandes películas fueron Amanecer y Fausto (1926).

FRITZ LANG
Fritz Lang nació en Viena, en 1890, y allí cursó estudios de arquitectura, pero muy pronto se fue a vivir y trabajar a Alemania, y después a Francia, donde estudió pintura, a tiempo que realizaba viajes por China, Japón, Rusia, El Oriente Próximo o el Norte de África, trabajando como corresponsal de prensa.
Combatió en la Primera Guerra Mundial, en la que fue herido y condecorado. Convaleciente, descubrió la pasión del cine, llevado a ella por su mujer, Thea Von Harbou, colaboradora suya en muchas películas.
Tras dirigir El mestizo, un productor importante, Pommer, le introduce en el gusto por el expresionismo, lo que lleva a Lang a desarrollar historias que saquen a luz la angustia del hombre oprimido por la sociedad y a reforzar esta idea con los recursos típicos del expresionismo: decorados, interpretación teatral, y una iluminación a cargo de Karl Freund.
Por influencia del cine norteamericano de la época, hace que la acción quede supeditada a las necesidades narrativas típicas de las películas de persecuciones”. Sus recuerdos de los países exóticos le llevan a hacer películas como Las tres luces (Der Müde Tod) (1921), pero la contemplación de El Gabinete del doctor Caligari le acerca al expresionismo e influye notablemente en la concepción del personaje central de mejor película, El doctor Mabuse (1922), en la que se narra una historia que nada tiene que ver con la de El Gabinete del doctor Caligari.
Al margen de El doctor Mabuse, sus películas más importantes son Metrópolis (1926), y la espectacular Los Nibelungos (1925), proyectada en dos partes: La muerte de Sigfrido y La venganza de Krimilda.
Tras la llegada de Hitler al poder, Fritz Lang emigró a EEUU al ver prohibida por la censura El Doctor Mabuse. Allí hizo alguna película de cierto mérito, como Furia, pero cuando regresó a Alemania, al firmarse la paz, solo acertó a hacer películas de aventuras, como El tigre de Esnapur.

LA DECADENCIA DEL CINE MUDO ALEMÁN
A partir de 1928, con la llegada del sonoro, el expresionismo pierde toda su fuerza. Una serie de razones obligan a ello: La sobreactuación expresionista pierde toda importancia ante la fuerza de la palabra; el realismo gana terreno, tanto por la incorporación de la palabra como por la llegada del color y la mejoría en la calidad de la imagen; y Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, ordena hacer un cine claramente propagandístico de las ideas nacionalsocialistas.

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